La criopreservación humana, a menudo denominada criónica o, más exactamente, biostasis, es un procedimiento médico avanzado que pretende detener el proceso de la muerte utilizando temperaturas criogénicas. Se realiza en personas que han sido declaradas legalmente muertas, con el objetivo de preservarlas en un estado de estasis biológica hasta que la tecnología médica futura sea capaz de tratar la causa de su muerte, reparar los daños acumulados y devolverles la salud. Esta práctica no es una garantía de vida futura, sino más bien una ambiciosa intervención médica, un puente hacia un futuro potencial en el que las enfermedades intratables de hoy puedan llegar a ser curables.
La biostasis es el estado en el que un sistema vivo se paraliza biológicamente por completo sin perder su integridad estructural. Es la suspensión controlada de los procesos vitales que permite que las células y los tejidos permanezcan estables durante largos periodos de tiempo. En el contexto de la criopreservación, la biostasis se refiere a un procedimiento médico que coloca el cuerpo o el cerebro humano en una condición no degradante inmediatamente después de la muerte legal. El objetivo es mantener la estructura biológica y de información del cuerpo hasta que la medicina futura pueda reparar la causa de la muerte y restaurar la función.
La idea de pausar la vida no es puramente teórica. En la naturaleza, organismos como los tardígrados, ciertas ranas y los peces árticos pueden sobrevivir al frío extremo o a la deshidratación reduciendo o deteniendo su metabolismo. Esta capacidad natural de entrar en estados latentes demuestra que la vida puede persistir en suspensión si se evitan los daños provocados por el hielo o la falta de oxígeno. La criónica se basa en el mismo principio biológico, pero lo aplica a través de la ciencia y la tecnología médicas.
Durante la criopreservación, el cuerpo se somete a un proceso denominado vitrificación. En lugar de congelarse, el agua de las células se sustituye por agentes crioprotectores que impiden la formación de cristales de hielo. Una vez enfriado a unos -196 grados centígrados en nitrógeno líquido, la actividad química y la descomposición biológica se detienen. El cuerpo entra en un estado estable, similar al cristal, en el que su estructura física, incluidas las delicadas redes neuronales del cerebro, se conserva indefinidamente.
La biostasis cuestiona la concepción convencional de la muerte como un único momento irreversible. Considera la muerte como un proceso gradual que puede interrumpirse antes de que se produzca una pérdida permanente. Al mantener el cuerpo y el cerebro en un estado estable y preservado, la biostasis ofrece a la medicina del futuro la oportunidad de continuar donde terminan los tratamientos actuales. Representa tanto una técnica científica como una declaración de fe en el potencial del progreso para prolongar y proteger la vida humana.
La criónica es la práctica de preservar a las personas a temperaturas extremadamente bajas inmediatamente después de su muerte legal, con la intención de devolverles la vida y la salud en el futuro. Combina la medicina de urgencias avanzada, la ciencia de la perfusión y la tecnología de almacenamiento criogénico para evitar el deterioro biológico hasta que el progreso médico pueda revertir potencialmente las condiciones mortales actuales.
La criónica se basa en la idea de que la muerte es un proceso y no un acontecimiento aislado. Mientras la estructura física e informativa del cerebro permanezca intacta, la identidad y los recuerdos de la persona pueden recuperarse. Al intervenir rápidamente tras la muerte legal y colocar al paciente en biostasis, la criónica preserva esta estructura y mantiene abierta la posibilidad de que la ciencia futura pueda algún día repararla y revivirla.
En este sentido, la criogenia no consiste en congelar a los muertos, sino en preservar a las personas tras su muerte legal en un estado estable, dando a la medicina del futuro la oportunidad de restaurar la vida y la salud cuando la tecnología lo permita.
La criogenia no sería posible a menos que hubiera una forma de poner a las personas en biostasis a temperaturas criogénicas.