Nuestro cofundador, Fernando Azevedo Pinheiro, escribe sobre las organizaciones duraderas y las razones de su longevo éxito.
Siempre me han interesado las empresas en un sentido general, pero más recientemente, debido a la visión a largo plazo de Tomorrow.Bio, me han interesado más las empresas que funcionaban ininterrumpidamente durante mucho tiempo. En un mundo en el que la tasa de mortalidad de las startups supera el 80%, me sorprende cómo algunas organizaciones han conseguido sobrevivir durante cientos de años (¡algunas incluso durante más de un milenio!).
Normalmente, las startups tienen un ciclo de vida claro. O mueren rápidamente, son adquiridas por otra empresa o crecen lo suficiente como para salir a bolsa. Este ciclo de vida está diseñado para ser bastante corto, ir a lo grande o irse a casa... rápido.
En nuestro caso, nuestra misión viene acompañada de una serie de retos para los que no existe un manual de inicio claro. No tenemos intención de vender la empresa y tenemos que asegurarnos de que la empresa nunca pierda su misión a largo plazo. Pero, en última instancia, queremos que la empresa dure un periodo de tiempo muy, muy largo. El primer paso obvio es alcanzar el punto de equilibrio y hacer que la empresa sea autosuficiente. Esa es la A-B-C de cualquier empresa, esto no es lo que hace que las empresas duren tanto tiempo.
Hay varias razones. Terminé cruzándome con un libro en particular que logró encontrar patrones que vale la pena compartir. El libro Shin Nihon Eitaigura (En español: Empresas atemporales), del profesor Haruo Funabashi, explora 32 empresas de Japón que sobrevivieron durante siglos y lo que tienen en común. Descubrió 8 principios corporativos que, en resumen, equiparan la longevidad y sostenibilidad de las empresas con un determinado grupo de objetivos organizativos. En las empresas centenarias de Japón, estos objetivos pretendían sostener la organización a largo plazo y los beneficios que aporta a la sociedad.
Estoy absolutamente de acuerdo con estos principios, sin todo el rollo de "estamos cambiando el mundo" que vemos en el mundo de las startups. Estamos hablando de empresas que han sobrevivido a múltiples guerras, han visto surgir y caer dinastías, transformaciones de la sociedad y todo lo que conlleva el paso del tiempo.
Japón es un país muy antiguo. Es la nación con la integridad territorial más antigua del mundo. Su geografía insular lo protegió de las invasiones del continente durante generaciones, lo que permitió al país aumentar su población y prosperar. Estos son elementos que también influyeron en la longevidad de una serie de organizaciones en Japón. Otros países comparten el mismo tipo de protección geográfica, así que ¿por qué Japón tiene la mayor concentración de empresas más antiguas del mundo? La geografía no es una respuesta suficiente.
Japón lo ha hecho:
Darwin conjeturó que los organismos que sobreviven no son los más fuertes ni los más inteligentes, sino los que mejor se adaptan al cambio. Parece que el mismo principio se aplica a las empresas. No son las empresas más grandes o más ricas las que sobreviven (cuántos grandes imperios corporativos hemos visto desmoronarse en los últimos años), sino las que son capaces de evolucionar en respuesta a los cambios de la sociedad. Esta es una presunción muy poderosa.
Japón tiene sus tradiciones fuertemente arraigadas en el pensamiento colectivo de su pueblo. Es el país con la más larga historia ininterrumpida de soberanía nacional del mundo y es conocido por haber demostrado su apoyo a las tradiciones en sus formas más típicas.
Hay una cita de Peter Drucker que dice: "La cultura se come la estrategia para desayunar". Aunque lo que Drucker quería decir en un principio era que una cultura poderosa y potenciadora era un camino más seguro hacia el éxito organizativo, lo mismo se aplica a los mercados. No importa cuál sea la estrategia de la empresa, la cultura local siempre prevalecerá. Por ello, la cultura japonesa es quizás uno de los factores más importantes para perpetuar una organización empresarial.
Los japoneses creen que el objetivo de dirigir una empresa no es simplemente ganar dinero o enriquecer a algunos individuos, sino apoyar la prosperidad de toda la sociedad. Esto significa que las empresas japonesas más longevas tienen objetivos que apuntan a la sostenibilidad a largo plazo, beneficiando a la sociedad más que a los individuos. Esta parece ser la clave del éxito para sostener las organizaciones y apoyar su longevidad.
Los empresarios japoneses creen que una organización empresarial legacy que hay que preservar y transmitir a las generaciones futuras. No la "poseen" como propiedad personal.
Vaya. Siempre me ha fascinado la palabra legado y su significado. Si piensas en la historia y en las tradiciones que han sobrevivido a lo largo de los siglos, la mayoría de las veces su mensaje central está enfocado en el bien común.
Esta perspectiva empresarial está arraigada en la idea de familia e influenciada por el concepto confuciano de piedad filial, que es una virtud de respeto a tus padres, ancianos y antepasados. En términos más amplios, la piedad filial significa ser bueno con tus padres, cuidar de ellos, tener una buena conducta y mostrar amor, respeto y apoyo. En definitiva, mostrar cortesía y dar buen nombre a los padres y antepasados.
El aspecto más interesante de esta mentalidad es que al propietario le resulta difícil cerrar la empresa, venderla o utilizar sus activos o ingresos en beneficio personal. Lo que importa aquí es construir un legado para el bien común, no un legado para el ego. De nuevo, otro ejemplo de la cultura local japonesa, que ayuda a las empresas a sobrevivir y prosperar. Es difícil imaginar, sobre todo en mi caso, ya que vengo de Brasil, qué tipo de transformaciones de la mentalidad social (de las clases bajas a las altas) serían necesarias para que un país prosperara de esa manera.
Otro hecho interesante es que los líderes empresariales de Japón no creen que sus empresas sean simplemente un lugar donde los empleados venden su tiempo y su trabajo a cambio de dinero. Tampoco creen que la relación básica entre trabajadores y empresas sea hostil y conflictiva.
Esto también se debe a la filosofía de los empleados japoneses (y de la sociedad en general) hacia su lugar de trabajo y su empleador.
Los empleados japoneses creen que sus lugares de trabajo son vías de autodesarrollo, tanto en términos profesionales como personales. Para ellos, su entorno laboral les aporta un sentido de pertenencia, satisfacción y propósito. Esto también explica por qué los empleados japoneses tienden a ser muy apegados y leales a las organizaciones para las que trabajan. Esta lección fue aprendida hace siglos por los líderes empresariales del país y, por tanto, tratar a los empleados con respeto y lealtad favorece la perpetuación de las organizaciones. Las empresas ponen mucho empeño en que los empleados se sientan felices y realizados en el trabajo.
Nota rápida: Japón tiene una de las tasas de suicidio relacionado con el trabajo más altas del mundo, lo que parece un poco contradictorio con la afirmación de que las empresas trabajan para garantizar la felicidad de los empleados. Al mismo tiempo, desde el punto de vista de los datos, el número absoluto de suicidios es bastante pequeño y parece estar en declive. No hay datos sobre los casos de suicidio relacionados con el trabajo y las empresas más antiguas de Japón, lo que sigue pareciendo una prueba de que la mayoría de estas empresas tratan a sus empleados de forma justa.
Japón estaba muy influenciado por la religión y la filosofía, que hacem hincapié en la coprosperidad preservando las tradiciones y los valores.
Estas tradiciones y valores se han transmitido de generación en generación porque el pueblo japonés los tiene en alta estima. Por lo tanto, estas tradiciones y valores construyeron los cimientos de una filosofía espiritual coherente que permitió valores como la armonía, la coexistencia y el respeto por las personas. Lo que, en última instancia, desarrolló la sociedad y una cultura empresarial basada en la confianza.
De todas las religiones y tradiciones filosóficas de Japón, el budismo desempeñó claramente un papel importante en el desarrollo de esta sociedad basada en la confianza. Enfatiza la importancia del amor por todas las formas de vida y la naturaleza. Este noble mensaje fue absorbido por el pueblo japonés y está fuertemente arraigado en sus corazones.
Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que muchos empleados japoneses aborden el trabajo con una mentalidad formada por la escuela zen del budismo. Las escuelas zen influyeron en la sociedad japonesa al incorporar valores como el valor del trabajo de las personas, la perfección del trabajo, la excelencia en el lugar de trabajo y la equidad al relacionarse con los empleados. Ayudó a conformar la conciencia colectiva de los trabajadores japoneses a la hora de establecer objetivos para alcanzar un "yo superior" al tiempo que apoyaban el bien común de su nación.
El profesor Funabashi dedicó su libro a todos los empresarios que desean o están creando empresas que sirvan a su gente durante muchos, muchos años. L-E-G-A-D-O. El mensaje aquí es tan fuerte que decidí hacer una serie de pequeños posts sobre los 8 principios que presentó y las empresas que utilizó como ejemplos de estos principios. Los principios son de carácter genérico porque pueden aplicarse a cualquier tipo de empresa.
Creo que esta serie aportará una perspectiva diferente a las personas interesadas en cómo hacer negocios con miras a una sostenibilidad REAL a largo plazo, lo cual es extremadamente relevante en la industria de la criónica.
Este libro me ha influenciado mucho. Parece bastante contraintuitivo para la escena de las startups. La era de las sociedades de capital de riesgo y de la alta liquidez empujó a las empresas al hipercrecimiento y al hipergasto, lo que muy a menudo puso en peligro la construcción de empresas con una economía unitaria sana y una cultura sostenible. Las empresas que siguieron los principios presentados en el libro del profesor Funabashi tienen un sólido código de conducta (algunas de ellas centenarias) seguido por todos, desde la alta dirección hasta los empleados de menor rango. Predican la frugalidad y la moderación en la vida, en contraposición a la codicia por el crecimiento a cualquier precio y el despilfarro de recursos, tan comunes en la etapa de arranque. Creen firmemente que las personas son fundamentales para el crecimiento y que el dinero y los bienes por sí solos no pueden sustituir a las personas. Parece obvio, pero no lo es. En el momento en que estoy escribiendo este texto, vemos startups sobrevaloradas que recientemente han recaudado millones de dólares, despidiendo en masa a personas que contrataron hace unos meses. ¿Crees que estas empresas tienen una cultura de lealtad, sostenibilidad y respeto común? Si tengo que elegir un modelo de inspiración para Tomorrow.Bio entre la escena de las startups tecnológicas, muy exageradas y que queman dinero, y las instituciones japonesas centenarias, elegiría la segunda. Siempre.
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