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Después de siglos intentándolo, puede que estemos a sólo unas décadas de conseguirlo.
La mayoría de las personas interesadas en criónica se han enfrentado a la cuestión de la "inmortalidad". Aunque el objetivo de la criopreservación humana es salvar la vida de las personas, es probable que algún tipo de inmortalidad sea práctica común en la sociedad después de la revivificación. En Tomorrow Biola empresa biotecnológica de criopreservación humana de más rápido crecimiento, nos interesa todo lo relacionado con la longevidad, y ¿cómo se puede hablar de prolongación de la vida sin considerar la opción de vivir para siempre?
La búsqueda de la inmortalidad es una historia tan antigua como las primeras civilizaciones. En 1852, el asiriólogo Hormuzd Rassam descubrió en Nínive (Irak) 12 tablillas que representan el primer poema escrito jamás hallado. Se llama Epopeya de Gil gamesh y fue escrito entre el 2100 y el 1200 a.C. En el poema, Gilgamesh, rey de Uruk, toma conciencia de su propia mortalidad e inicia una infructuosa búsqueda para vencer a la muerte tras ver morir a su amigo más querido.
Muchos años después, aún no lo hemos conseguido. Sin embargo, según algunos científicos y futurólogos, esto está a punto de cambiar.
Antes de adentrarnos en cómo podemos llegar a ser pronto "eternos", conviene entender por qué la humanidad está tan interesada en la inmortalidad. ¿Por qué durante tantos siglos hemos tratado de prolongar nuestra vida?
La respuesta más inmediata podría ser que muchas personas tienen miedo a morir. Este "miedo a la muerte" tiene una explicación sencilla: tenemos miedo de algo que no conocemos. Nadie ha vuelto nunca de la muerte para decirnos a qué tendremos que enfrentarnos. El miedo a lo desconocido también podría verse potenciado por la posibilidad de que la muerte aniquile muy probablemente nuestra individualidad.
Sin embargo, hablando con nuestros miembros criopreservadores, nos dimos cuenta de que hay otras razones por las que la gente quiere vivir más tiempo: el amor por la vida, el deseo de experimentar más tiempo o el interés por lo que nos depara el futuro pueden mover a la gente a intentar prolongar su esperanza de vida. Estamos en los albores de una revolución digital que cambiará radicalmente el mundo en que vivimos. Muchos deseamos ver cómo será la sociedad dentro de 100 o incluso 1.000 años.
Está claro que somos mortales porque morimos. Nuestro corazón deja de latir y todas nuestras células, privadas de oxígeno, se descomponen lentamente. Puede deberse a un accidente o a una enfermedad intratable (incluida la vejez). Sea cual sea la causa, ningún ser humano ha conseguido vivir más de 122 años.
Según un estudio reciente, el cuerpo humano tiene un "límite absoluto" que se sitúa entre los 120 y los 150 años. Alrededor de esta edad, nuestro sistema ya no tendría capacidad para recuperarse de tensiones como enfermedades y lesiones, lo que provocaría una muerte inminente. Sin embargo, este estudio no pretende demostrar que la inmortalidad sea imposible. De hecho, según los investigadores, podríamos alargar la vida humana aumentando la capacidad del organismo para resistir y prevenir enfermedades.
La inmortalidad es la capacidad de vivir para siempre. Se puede conseguir de diferentes maneras. Por ejemplo, creando un cuerpo que no envejezca y sea resistente a las enfermedades. O sustituyendo las partes más débiles del cuerpo por componentes tecnológicos. También podríamos crear una copia digital de nuestro cerebro. La humanidad podría trascender las limitaciones físicas de su cuerpo... Si esta visión se hace realidad algún día, dependerá de cada individuo valorar si es un precio justo por la inmortalidad.
Veamos con más detalle estas posibilidades, con sus respectivos pros y contras.
La inmortalidad biológica se produce cuando un organismo no se ve afectado por la senescencia celular. Sus células no envejecen: por tanto, pueden dividirse infinitamente, manteniendo el sistema del organismo sano y vivo.
En la naturaleza hay algunos animales que pueden vivir bastante más que los seres humanos. Un ejemplo es la llamada "medusa inmortal". Esta medusa podría vivir eternamente. Sus células envejecen pero, al mismo tiempo, pueden rejuvenecerse cuando es necesario.
¿Es posible la inmortalidad biológica del ser humano? El cuerpo humano es extremadamente complejo. Nuestras células madre tienen que especializarse para poder realizar todas las diferentes tareas necesarias para que nuestro cuerpo funcione. Al especializarse, pierden su capacidad de dividirse indefinidamente. Pueden seguir dividiéndose un número limitado de veces y luego mueren. Para lograr la inmortalidad biológica humana, tendríamos que encontrar una forma de invertir este mecanismo de envejecimiento incorporado en el interior de nuestras células.
Además, aunque consigamos controlar el envejecimiento, podríamos morir por causas externas. Por ejemplo, los accidentes, los cambios catastróficos en el medio ambiente y las enfermedades podrían seguir siendo mortales.
Si queremos asegurarnos de que las causas externas tendrán dificultades para matarnos, la inmortalidad cibernética podría ser una opción. El cuerpo humano está construido por una serie de sistemas: sistema muscular, sistema respiratorio, sistema digestivo, sistema nervioso, etc. Estos sistemas interactúan entre sí, creando una sofisticada organización. La idea que subyace a la inmortalidad cibernética es que nuestra "organización" puede sobrevivir a un cambio parcial, o incluso completo, del material con el que está construida.
Puede que las aplicaciones prácticas de los dispositivos electrónicos combinados con el cuerpo humano estén aún en sus inicios. Sin embargo, su potencial es impresionante. Un ejemplo de ello es Neil Harbisson, artista hispano-británico-irlandés, considerado el primer ciborg del mundo. Un software implantado en su cerebro, conectado a una antena que flota sobre su cabeza, le permite "oír" longitudes de onda de luz visibles e invisibles. Nacido daltónico, ahora es capaz de experimentar colores más allá de la percepción humana normal.
Otra forma de alcanzar la inmortalidad cibernética es mediante la carga mental. Se trata del proceso (hasta ahora hipotético) de transferir la estructura mental y la conciencia de una persona a un ordenador externo. Esta mente podría entonces conectarse a un avatar robótico y controlar su cuerpo. Una vez dañado o actualizado el viejo avatar, la conciencia podría desconectarse fácilmente y volver a cargarse en uno nuevo y mejor, logrando una especie de inmortalidad.
¿Qué tan lejos estamos de poder cargar virtualmente el cerebro de alguien?
Los cerebros humanos son extremadamente complejos y nuestros conocimientos aún no han avanzado lo suficiente como para poder recrearlos digitalmente. Sin embargo, unos investigadores han conseguido cargar el cerebro de un organismo más pequeño: un gusano. El proyecto OpenWorm podría ser nuestro camino hacia la inmortalidad. Tras cartografiar el sistema nervioso completo del gusano, el equipo de científicos lo simuló digitalmente en un programa informático que acoplaron a un robot de Lego. El robot empezó a moverse y a responder a su entorno como lo haría un gusano, sin intervención humana.
Aunque los resultados de este proyecto son absolutamente asombrosos, hay que tener en cuenta que el sistema nervioso del gusano está formado por sólo 302 células. Los cerebros humanos tienen unos 86.000 millones de neuronas, conectadas a través de billones de sinapsis.
Cuando seamos capaces de subir nuestro cerebro a la nube, probablemente tendremos la opción de vivir en un mundo virtual. Una especie de Matrix -o Metaverso- sin cuerpo y en la vida real. Si tuvieras la oportunidad de vivir para siempre en tu videojuego favorito, ¿la aprovecharías?
Según el Dr. Ian Pearson, futurólogo de renombre en el Reino Unido, la respuesta es pronto. Según afirmó en una entrevista al diario The Sun, hacia 2045 conseguiremos desarrollar las primeras tecnologías que nos permitan cargar nuestros cerebros y conectarlos a máquinas. Alrededor de 2050, los países más ricos serán los primeros en alcanzar la inmortalidad, gastando millones en estas nuevas tecnologías. Pero no pasará mucho tiempo antes de que la mayoría de la gente pueda permitirse esta inmortalidad digital. Siguiendo la predicción del Dr. Pearson, antes de que acabe el siglo los humanos ya no morirán.
¿Cómo es que ahora estamos tan cerca de alcanzar la inmortalidad? Como explica el Dr. Person:
"Hay mucha gente interesada en vivir para siempre. Siempre lo ha habido, pero la diferencia ahora es que la tecnología mejora tan deprisa que mucha gente cree que puede hacerlo".
El Dr. Ian Pearson no es el único que afirma que la inmortalidad está cerca. Varios expertos futuristas y transhumanistas están seguros de que pronto conseguiremos superar la muerte. ¿Cuándo? Cuando alcancemos la singularidad tecnológica, un hipotético punto en el tiempo en el que el crecimiento tecnológico se vuelve incontrolable e irreversible.
Ray Kurzweil, célebre inventor y futurista estadounidense, prevé la consecución de la inmortalidad en su libro The Singularity Is Near - When Humans Transcend Biology (2005). Escribió,
"A medida que vayan ganando terreno en la década de 2030, los nanobots en el torrente sanguíneo destruirán patógenos, eliminarán desechos, librarán a nuestros cuerpos de coágulos, obstrucciones y tumores, corregirán errores en el ADN y, de hecho, invertirán el proceso de envejecimiento. Creo que llegaremos a un punto en torno a 2029 en el que las tecnologías médicas añadirán un año más cada año a tu esperanza de vida".
A medida que se acelere el ritmo de progreso de la tecnología médica, los años se acumularán durante décadas, siglos y más. Esto nos permitirá alcanzar la inmortalidad y correr más rápido que nuestra propia muerte, año a año. La tecnología ha avanzado exponencialmente en las últimas décadas. La inteligencia artificial, la bioimpresión en 3D y la edición genética están revolucionando los sistemas sanitarios. Quizá algún tipo de inmortalidad esté realmente a la vuelta de la esquina.
El procedimiento de criopreservación humana utiliza temperaturas muy bajas(-196 °C) para preservar el cuerpo del paciente al inicio del proceso de degradación celular. Todas las actividades biológicas quedan en pausa, lo que da al paciente la posibilidad de ser reanimado en el futuro, cuando la futura tecnología médica sea capaz de curarlo.
Mediante este avanzado procedimiento médico, el equipo médico especializado de TSM que se encarga de tu criopreservación es capaz de posponer temporalmente tu muerte permanente. Si alguien decidiera someterse a este procedimiento cada vez que está a punto de morir, alcanzaría una especie de "inmortalidad interrumpida". Además, hay muchas posibilidades de que la sociedad futura que te reviva haya encontrado una forma de curar todas las enfermedades o de cargar una mente. Por tanto, existe la posibilidad de que las personas que opten por la criopreservación alcancen una especie de inmortalidad.
Sin embargo, el principal objetivo decriónica es salvar vidas, permitiendo que personas que hoy están condenadas puedan curarse gracias a tecnologías desarrolladas en el futuro. En Tomorrow Bio, ofrecemos planes integrales de criopreservación humana, además de centrarnos en el desarrollo del campo de la biostasis como tecnología innovadora para salvar vidas. La inmortalidad puede ser un efecto secundario increíble, pero desde luego no es nuestra principal preocupación.
Vivimos en una época en la que los avances tecnológicos podrían ayudarnos a alcanzar la inmortalidad. Si el Dr. Ian Pearson tiene razón, nuestra generación pronto será inmortal.
Imagine un mundo sin la inevitabilidad de la muerte. Todo el mundo podrá decidir cuánto tiempo vivir. Con criónica, queremos poner esta posibilidad al alcance de todos. Quien quiera vivir más tiempo debe tener la oportunidad de hacerlo.
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