.jpg)
No hablar de la muerte no le ayudará a prevenirla. La criónica, sin embargo, sí podría hacerlo.
Al trabajar en el campo de la criónica y la prolongación de la vida, resulta que hablamos de la muerte... prácticamente todos los días. La muerte se define como "el cese permanente de todas las funciones vitales; el fin de la vida". Aunque esta definición es generalmente aceptada en todo el mundo, el concepto de muerte y la forma en que la percibimos depende de varios factores.
El concepto de "fin de la vida" es diferente cuando se ve con una mirada religiosa y no atea. ¿Termina la vida con el cese irreversible de los latidos o continúa con su alma en el viaje al infierno o al cielo, o se reencarna en otra forma de vida?
Del mismo modo, el punto de no retorno que se definió hace 100 años no es el mismo que el de hoy (o el que será en el futuro), teniendo en cuenta el progreso tecnológico médico. Hace unas décadas, pocas personas tenían la posibilidad de sobrevivir a una enfermedad como el cáncer. Hoy en día, alrededor del 80% de las personas a las que se les diagnostican tipos de cáncer fáciles de diagnosticar y tratar viven 10 o más años después. En el futuro, es probable que la investigación médica consiga aumentar la tasa de supervivencia incluso de los tipos de cáncer más mortíferos.
Asumiendo, por tanto, que la muerte es un concepto fluido, veamos 10 datos interesantes sobre la muerte.
¿Qué es exactamente la muerte? ¿Cuántas definiciones de muerte existen? Si cree que las respuestas a estas preguntas son bastante sencillas, eche un vistazo a los siguientes cinco hechos. Quizá se sorprenda.
Piense en la primera vez que se encontró con la muerte. Un organismo vivo (persona o animal) estuvo en su vida y luego se fue. Según esta lógica, la muerte parece ser un momento preciso en el tiempo.
Sin embargo, desde el punto de vista médico y científico, la muerte es más bien un proceso. El proceso comienza con el cese de los latidos del corazón. Cuando el corazón deja de bombear, la sangre oxigenada deja de ser transportada a las distintas células del cuerpo. Estas células sólo pueden estar unos minutos sin oxígeno antes de empezar a autorreciclarse y morir. Si no se restablecen los latidos del corazón (por ejemplo, mediante reanimación cardiopulmonar), el cuerpo entra en el proceso de muerte. La velocidad a la que mueren las células depende de varios factores, el más importante de los cuales es la temperatura. Hay casos en los que, gracias a temperaturas muy bajas, algunas personas han conseguido sobrevivir sin oxígeno durante bastante tiempo. En cambio, las altas temperaturas aceleran la muerte y la degradación de las células en el organismo.
Surge una pregunta: si el proceso de la muerte se detuviera justo en su inicio, ¿sería posible revertirlo eventualmente?
Los humanos tenemos esa tendencia a clasificar y etiquetar las cosas. Necesitamos hacerlo si queremos dar sentido a la increíble diversidad de la vida. Por supuesto, incluso un concepto tan crucial como la muerte tiene sus categorizaciones y definiciones. Para ser más precisos, hay cuatro tipos oficiales de muerte:
Imagine una situación de la vida real. Oliver tiene unos 80 años y ha sido hospitalizado debido al agravamiento de unas enfermedades preexistentes. En un momento dado, Oliver sufre un paro cardíaco. Entra en un estado de muerte clínica. Su corazón deja de bombear sangre. El personal médico se apresura a intervenir: aunque Oliver está clínicamente muerto, todavía hay una posibilidad de reanimarlo y salvar su vida. Gracias a los conocimientos médicos y a la tecnología actual, la muerte clínica puede revertirse.
Ahora bien, Oliver es un hombre bastante mayor (según los estándares actuales) y, a pesar de los esfuerzos, el personal médico no consigue reanimarlo. Tras varios minutos de infructuosa reanimación cardiopulmonar, los médicos se dan por vencidos. Oliver está biológicamente muerto. En ese momento, el responsable informa de la hora de la muerte en un papel oficial. Oliver ha sido declarado legalmente muerto.
En la mayoría de los casos, la historia terminaría aquí. Sin embargo, Oliver es miembro de una asociación de criónica. El equipo de standby ya está preparado, ya que la familia de Oliver les llamó después de que fuera hospitalizado. En cuanto el paciente es declarado legalmente muerto, el equipo inicia el procedimiento de crioprotección para detener el proceso de muerte. Esto tiene que ocurrir lo más rápido posible (idealmente en el momento en que el paciente entra en estado de muerte clínica). De hecho, cuanto más tiempo pasa, más mueren las células que componen el cuerpo de Oliver, al quedarse sin oxígeno.
¿Qué es la muerte infoteórica? La muerte infoteórica es un tipo de muerte que no se puede revertir, por muy avanzadas e inimaginables que sean las futuras tecnologías médicas. Cuando el cuerpo llega a este estado del proceso de muerte, todos los recuerdos y la información que hace Oliver quien es se pierden para siempre. Dado que es difícil predecir lo que la medicina futura podrá hacer, suele ser difícil definir cuándo se alcanza este tipo de muerte. Ciertamente, si la persona muriera en un accidente que destruyera por completo su cerebro, la clasificaríamos como muerta infoteórica.
.jpg)
Con la tecnología médica actual, la esperanza de vida al nacer es de 80,4 años en Europa. Sin duda no es un mal resultado, si se tiene en cuenta que se ha duplicado en los últimos 100 años (en 1900 los habitantes de la actual UE vivían unos 40,54 años de media).
Sin embargo, si pensamos en un concepto como la inmortalidad, aún estamos bastante lejos de alcanzarla. Ni siquiera las personas más ancianas del mundo (la francesa Lucile Randon, de 118 años y 194 días, y el venezolano Juan Vicente Pérez Mora, de 113 años y 89 días) han conseguido aún encontrar el elixir de la vida eterna.
Casi parecería que no hay cura para la muerte. De los 117.000 millones de personas que han pisado la Tierra, sólo 8.000 millones están vivos en la actualidad. Sin embargo, hay seres vivos que han conseguido vencer a la muerte. Uno de ellos es una pequeña medusa que, por su característica especial, se llama Medusa Inmortal. Para vencer a la Parca, estas medusas son capaces de invertir su ciclo vital. Pasan de ser medusas maduras a simples pólipos cuando las condiciones externas son desfavorables. Observando a estos pequeños animales de 4,5 milímetros podríamos aprender algún día a invertir nuestras células especializadas en células madre (no especializadas).
El envejecimiento no mata a nadie. Lo que mata es la acumulación de una serie de errores a nivel celular y molecular que hacen que el organismo acabe siendo incapaz de luchar contra las agresiones externas y de repararse a sí mismo. La expresión "morir de viejo" se utiliza sobre todo por su significado social.
Las causas más comunes de muerte de las personas mayores de 65 años son las enfermedades cardíacas, el cáncer, el Alzheimer, las enfermedades respiratorias, la diabetes e incluso algo tan simple como la gripe. Por lo tanto, ¿qué tipo de trabajo necesitamos para hacer frente a estos problemas y prolongar nuestra vida?
Esto nos lleva a un hecho muy importante sobre la muerte. Aparte de los accidentes mortales, la mayoría de las personas del mundo mueren de enfermedades. Enfermedades que, con toda probabilidad, serán curables algún día gracias a los avances de la tecnología médica.
Pensemos, por ejemplo, en la epidemia de sida, que comenzó en Estados Unidos a principios de los años ochenta. Durante años murieron millones de personas. Cuando se encontró una de las primeras curas (un proceso muy lento debido a la estigmatización y la discriminación) las cosas empezaron a cambiar. La terapia antirretroviral altamente activa (HAART) se introdujo en 1996 y redujo la tasa de mortalidad en un 47% en sólo un año. Esto significa que casi la mitad de las personas que murieron en 1995 de SIDA habrían sobrevivido si se hubieran infectado un año después.
Muchos dirán que así es la vida. Algunos tienen suerte, otros no tanto. Algunas personas se contagiaron de Covid-19 después de ser vacunadas y tuvieron algunos síntomas leves. Otros se contagiaron unos meses antes de que saliera la vacuna y no lo consiguieron. Sin embargo, puede haber una solución a este dilema. Si se pudiera detener el cuerpo del enfermo al principio del proceso de muerte, quizás también se podría curar más tarde, una vez que se desarrolle un tratamiento...
Otro aspecto interesante relacionado con la muerte es: ¿qué hacer con el cuerpo tras la declaración de muerte legal? Cada estado tiene sus propias leyes al respecto y cada cultura sus propias tradiciones. Veamos a continuación 3 datos interesantes sobre las técnicas de disposición del cuerpo más y menos comunes.
Hoy en día, la mayoría de las personas que son enterradas después de su muerte legal siguen un proceso bastante tradicional. El difunto es transportado desde el depósito de cadáveres hasta la funeraria. Aquí el enterrador limpia y procesa el cuerpo para que parezca lo más vivo y tranquilo posible, y posiblemente evite los movimientos o sonidos post mortem. Finalmente, el cuerpo se coloca en un ataúd para el último adiós. Que en los casos religiosos tiene lugar en una iglesia, en los ateos en un salón o una cámara alquilada para la ocasión. El ataúd se baja a una fosa, se cubre con tierra y se marca con una lápida, que servirá a los familiares como lugar de duelo.
Sin embargo, en algún lugar de la meseta tibetana, los muertos están "enterrados en el cielo" en lugar de en la tierra. Aunque, para ser justos, "enterrado" no sería exactamente el término más correcto. De hecho, es una tradición entre algunas comunidades tibetanas llevar los cuerpos de los seres queridos muertos a las cimas de las montañas. Cortados en pedazos por un maestro de entierro, los cuerpos se dejan en zonas elevadas para que los buitres puedan alimentarse de ellos. Esta tradición se basa en la creencia de que los buitres llevarán el alma del difunto a una especie de paraíso, donde esperarán la reencarnación. Los restos se dejan en la cima de la montaña para que se descompongan bajo la influencia de los elementos.
Una forma bastante poética de llegar al cielo pero, desde un punto de vista estrictamente médico, ciertamente no es la mejor para el futuro renacimiento.
La cremación compite con el enterramiento subterráneo como el método más utilizado para deshacerse del difunto. Después del funeral (si lo hubo), el cuerpo se coloca dentro de una cámara especialmente diseñada, llamada retorta, que se utiliza exclusivamente para la cremación humana. Se necesitan temperaturas de entre 760 y 980 grados centígrados y entre una hora y media y tres horas para quemar completamente todos los tejidos corporales.
Cuando termina la cremación, lo único que queda son los huesos. Los trabajadores del crematorio utilizan potentes máquinas trituradoras para descomponer estos huesos en lo que llamamos "cenizas", antes de entregárselas a los seres queridos del fallecido. Básicamente, es como si tuviera el esqueleto de su ser querido en su salón. Molido y colocado en una urna, es ciertamente más práctico de almacenar (aproximadamente el 3,5% del peso del cuerpo) y no se corre el riesgo de asustar a los invitados.
¿Recuerda la muerte infoteórica de la que hablamos? Una vez que su cuerpo se ha convertido en un puñado de cenizas de hueso, probablemente no haya forma de reanimarle en el futuro. Seguramente no podemos predecir lo que la tecnología futura será capaz de lograr. Sin embargo, teniendo en cuenta que el cerebro, hasta donde el conocimiento médico y científico entiende hoy en día, es la sede de la memoria y la personalidad... No tener cerebro hace que la reanimación sea bastante complicada.
En este momento actual, la única tecnología médica que ofrece una oportunidad, pequeña o grande, de revivir en el futuro es criónicala biostasis. Mediante el uso de temperaturas muy bajas, la función biológica y la degradación del cuerpo se pausan poco después de la declaración de muerte legal. Si el intervalo de tiempo entre la muerte clínica y la legal es corto, el cerebro puede conservarse con un daño mínimo. De este modo, los recuerdos y la personalidad se almacenan indefinidamente.
En este momento, la tecnología médica tiene mucho tiempo para lograr dos objetivos:
El misterio de la vida después de la muerte ha interesado a la humanidad desde el principio de los tiempos. Diferentes religiones han tratado de responder a esta cuestión, la mayoría de ellas afirmando la existencia de un alma, que abandona el cuerpo cuando éste ha dejado de funcionar y llega a una vida después de la muerte. La muerte no es el final. En torno a este concepto han surgido rituales y tradiciones. Pensemos, por ejemplo, en el complicado procedimiento de momificación al que debían someterse los egipcios ricos para llegar a Aaru, el paraíso donde reina Osiris.
Ahora bien, aún no hemos sido capaces de entender lo que sucede después de la muerte. Pero hemos averiguado algunas cosas. A continuación, presentamos dos de ellas.
¿Has oído hablar de esos chamanes del Alto Amazonas que beben un brebaje extraído de una planta llamada ayahuasca durante sus rituales de adivinación? Algunas investigaciones tratan de demostrar que las experiencias cercanas a la muerte descritas por muchas personas son producidas en realidad por la misma sustancia, llamada DMT, liberada naturalmente por nuestro cerebro en el momento de la muerte.
La investigación parte del supuesto de que las experiencias de los moribundos y de quienes han decidido tomar DMT voluntariamente tienen mucho en común. En ambos estados las personas han experimentado: la sensación subjetiva de trascender el propio cuerpo y entrar en un reino alternativo, percibir y comunicarse con "entidades" sensibles y temas relacionados con la muerte y el morir.
Todavía no sabemos cómo y dónde se produce exactamente esta sustancia en el cerebro humano. Aunque se pensaba que la respuesta estaba en la glándula pineal, algunas investigaciones en ratones han demostrado la presencia de DMT incluso en sujetos a los que se les ha extirpado. Por lo tanto, todavía no podemos llegar a ninguna conclusión firme. En cualquier caso, si este hecho fuera cierto, su muerte podría ser uno de los viajes psicodélicos más potentes que jamás experimentarás.
Hasta hoy, las ideas sobre las posibles vidas después de la muerte son mayoritariamente religiosas. Ya sea el paraíso cristiano, el Jannah islámico o el Valhalla nórdico, hay que dejar el cuerpo y la vida terrenal para llegar a ellos.
Pero si la criónica funcionara, la muerte legal dejaría de ser el límite. Como ya se ha dicho, la criopreservación es una técnica para preservar indefinidamente el cuerpo de las personas mediante el uso de bajas temperaturas. El objetivo final de la criónica es poder curar y reanimar a las personas criopreservadas. Estas personas tendrán la oportunidad de vivir el futuro y beneficiarse de una tecnología médica que aún no conocemos.
Como la tecnología de reanimación aún no se ha desarrollado, este objetivo sigue siendo lejano y difícil de imaginar para muchos. Sin embargo, el éxito de la reanimación tras la criopreservación podría revolucionar el mundo por completo. Una tecnología tan eficaz para salvar vidas se convertiría probablemente en la corriente principal. Quizá la criopreservación se convierta en una práctica habitual en los hospitales. ¿Se imagina un mundo en el que las enfermedades sean curables y la muerte deje de ser el fin?
La forma en que la muerte afecta a nuestras vidas depende de nosotros. Puede que nos dé miedo de vez en cuando, y eso es totalmente normal. No sabemos lo que va a pasar, no podemos decir qué sentiremos exactamente ni a dónde iremos. Y todo este desconocimiento puede sobresaltarnos.
Sin embargo, es importante recordar algunos datos básicos sobre la muerte. La muerte es un concepto fluido: lo que hoy percibimos como "fin de la vida" se basa en las tecnologías actuales. En el futuro, probablemente signifique algo muy diferente.
Si la idea de la criónica le ha llamado la atención y quiere saber más, programe una llamada con un miembro de nuestro equipo. Si ya sabe que esta oportunidad de experimentar el futuro es lo que estaba buscando, suscríbase ahora.
%20(1).webp)
.png)