Cuidado con la ciencia ficción, la realidad se está poniendo al día.
¿Alguna vez se ha preguntado cómo serán las ciudades cuando despierte de criónica? Para intentar dar una respuesta, hemos escrito recientemente un artículo centrado en las tendencias modernas de planificación urbana que podrían dar forma al mundo del mañana. Este segundo capítulo irá un paso más allá, centrándose en ciudades que adoptan un enfoque más futurista. Estamos hablando de ideas que normalmente sólo encontraríamos en la ciencia ficción y que actualmente se están probando o conceptualizando en una fase temprana. Al fin y al cabo, como primera empresa biotecnológica europea especializada en la criopreservación humana, Tomorrow Bio no es ajena a hablar de proyectos que a primera vista suenan a ciencia ficción. Queremos que las personas que opten por la criopreservación se hagan una idea de cómo podría ser el futuro.
En las últimas décadas, la inminente amenaza del cambio climático, los avances en energías renovables y una mayor atención a la habitabilidad han despertado la imaginación de arquitectos, economistas y urbanistas de todo el mundo. Lee este artículo para saber más sobre dos tipos de ciudades en las que podrías vivir tras la futura recuperación de la biostasis.
Puede que el primer concepto del que hablamos hoy no sea nuevo, pero desde luego se le está dando una nueva capa de pintura. Las Ciudades Lineales fueron propuestas por Arturo Soria y Mata en Madrid en 1882, mientras reflexionaba sobre la superpoblación, el transporte y las malas condiciones sanitarias. La idea es sencilla: Construir una ciudad que discurra paralela a un río y dividirla en zonas económicas a lo largo de la línea, cada una de las cuales cumpla su función individual. Estas zonas, tal y como las conceptualiza Arturo Soria y Mata son: La zona ferroviaria, la zona de producción, la zona residencial, la zona de parques y la zona agrícola. La sencillez de su estructura y la facilidad de su expansión deberían resolver algunos de los problemas a los que se enfrentaba la ciudad española en aquella época.
Ciudad Lineal, un distrito de Madrid, se diseñó en gran parte con esta idea en mente.
Hasta ahora, el concepto de ciudades lineales sólo se ha utilizado en pequeñas zonas dentro de una ciudad más grande, pero esto podría cambiar muy pronto.
La mayor ciudad lineal de la historia, "The Line", se está construyendo actualmente en Arabia Saudí. Esta arquitectura de un billón de dólares es la pieza central del proyecto de ciudad cognitiva saudí "Neom", en la región de Tabuk.
La Línea, un monumento único y macizo, tiene una longitud prevista de 170 km, una anchura de 200 m y una altura de 500 m, con muros translúcidos que rodean la ciudad por el norte y el sur. Al igual que la idea original de 1882, The Line se divide en 3 zonas divididas por funciones. Una vez construida, se dividiría verticalmente, con una zona peatonal en la parte superior e infraestructuras y ferrocarril bajo tierra. Es posible que podamos ver la construcción de esta ciudad en esta vida. Quién sabe si en la siguiente, la que sigue a la resurrección de la criopreservación, las ciudades lineales serán la norma.
Toda la estructura funcionará con energías 100% renovables. Arabia Saudí quiere que la ciudad se aleje de su actual dependencia del petróleo e invierte mucho en energías renovables. Según la página web del proyecto, esto se conseguirá gracias a unos recursos eólicos y solares inigualables y a la mayor planta de hidrógeno del mundo.
Diseñada desde cero pensando en la eficiencia, todo lo necesario para vivir estaría al alcance de la mano en 5 minutos a pie, incluidos servicios de restauración, ocio, sanidad y transporte público. El transporte en cuestión, un ferrocarril en los niveles más bajos de la ciudad, circula a una velocidad de más de 500 km/h y se dice que te lleva de un extremo a otro de la Línea en sólo 20 minutos.
Además, toda la ciudad se basa en la tecnología y la ciencia más avanzadas, y promete una hiperconectividad 5G segura, centros de datos especialmente construidos, inteligencia artificial y robótica avanzada y muchas más maravillas tecnológicas.
En el pasado, el concepto de ciudades lineales nunca alcanzó una gran popularidad y a menudo fue criticado por su ineficacia inherente mientras prometía lo contrario.
El conocido arquitecto Gudjon Thor Erlendsson dijo lo siguiente sobre las ciudades lineales:
"La idea idiota de las ciudades lineales surge probablemente cada década - es necesario reiterar que se trata de una idea terrible. La longitud del transporte es extremadamente ineficiente y esto se puede demostrar con simples modelizaciones o matemáticas."[1]
Otros posibles problemas con los que podría encontrarse The Line son:
La Línea es un concepto muy futurista que se basa en muchas tecnologías aún en desarrollo. Por eso es difícil medir la viabilidad final de esta ciudad. Muchos expertos tienen sus dudas sobre la eficiencia implícita, mientras que otros están ansiosos por ver cómo le irá a esta ciudad en comparación con los paisajes urbanos modernos habituales.
Una cosa es segura: Hay que superar muchos retos arquitectónicos y económicos para que sea una alternativa eficaz a las ciudades actuales.
Se prevé que la primera fase de la Línea esté terminada en 2030. Estamos deseando ver los resultados.
De un proyecto de un billón de dólares pasamos a un empeño comparativamente minúsculo de 200 millones: Oceanix Busan.
Esta idea, respaldada por las Naciones Unidas en 2019, prevé una ciudad que flote sobre el agua. La ciudad surcoreana de Busan aceptó la oferta de la empresa de tecnología azul Oceanix para construir un primer emplazamiento de prueba cerca de su costa. Tres plataformas de forma hexagonal se extenderán por una superficie oceánica de 15,5 acres y albergarán hasta 12.000 residentes. Las zonas se dividen en espacios habitables, de alojamiento y de investigación, conectados entre sí por múltiples puentes.
Otras muchas ciudades costeras han mostrado interés en construir su propia extensión de ciudad flotante, en caso de que el prototipo de Busan tenga éxito.
En lugar de intentar defenderse de la subida del nivel del mar con una arquitectura inteligente, las ciudades flotantes se adaptan a la amenaza inminente elevándose y hundiéndose con ella. Las islas están ancladas al lecho marino de forma que es imposible que se hundan, al tiempo que evitan ser arrastradas.
La generación de energía se autoabastece con recursos naturales como la energía solar, eólica y de las olas, y el agua dulce se suministra mediante los más modernos sistemas de captación, filtrado, reciclado y destilación de agua.
Los desplazamientos por el archipiélago artificial son tan eficientes como sencillos, ya sea a pie, en bicicleta o en embarcaciones eléctricas, con el objetivo de reducir al mínimo la huella de carbono.
A primera vista, una vez resueltas las dificultades técnicas, este concepto no presenta grandes desventajas. Probablemente, el mayor inconveniente sea el elevado coste de construcción, que ronda los 200 millones de dólares (~204 millones de euros) para sólo 12.000 residentes. Sin embargo, al igual que el precio de criónica, esto podría cambiar con futuras economías de escala, lo que significaría que se abarataría si más personas mostraran interés. También se puede argumentar que el coste tendría que haberse invertido de una forma u otra, ya que la protección contra el aumento del nivel del mar es un asunto costoso.
Otra cuestión que podría plantearse es el hecho de que no ayuda realmente a luchar contra el cambio climático, sino que sólo nos protege de las consecuencias por el momento.
La ciudad flotante es un concepto prometedor que ha ganado adeptos en muchas regiones del mundo.
La subida del nivel del mar supone actualmente una grave amenaza para las ciudades costeras, y las ciudades flotantes ciertamente no podrán cambiar esa situación. Sin embargo, podrían ser una buena alternativa a la construcción de muros en todas las costas del planeta.
En general, las ciudades flotantes pueden no ser la solución más rentable, pero sí la más sostenible a largo plazo.
Los conceptos que hemos analizado hoy pueden sonar utópicos, pero esta visión utópica podría ser exactamente lo que necesitamos para lograr un cambio a largo plazo.
La criopreservación humana podría ser una idea similar a la ciencia ficción para algunos, que actualmente llevan a cabo Tomorrow Bio y otras empresas de criónica en todo el mundo. Nuestro objetivo es dar a las personas la posibilidad de elegir cuánto tiempo quieren vivir.
Por supuesto, la reintegración en la sociedad tras la reanimación de la biostasis no será tarea fácil. Es probable que el mundo haya sufrido muchos cambios sociales y culturales para cuando regreses triunfante. Pero no tema. Si conceptos como la superabundancia sostenible se mantienen, y las ciudades modernas son tan eficientes y habitables como prometen, probablemente tendrá una gran segunda vida por delante.
Si te despertaras en el futuro tras una posible reanimación tras la criopreservación, ¿preferirías quedarte en una ciudad lineal, en una ciudad flotante o tal vez escapar de las ideas utópicas y pasar tu tiempo en el campo después de todo?
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